lunes, septiembre 11, 2006

WTC 9/11

Al momento del incidente de la mañana del 11 de septiembre de 2001 ya estábamos en el trabajo. En ese entonces coordinaba las actividades deportivas y recreativas de la Expo UNAM 450 años, una exposición que mostraba a los asistentes la importancia cultural, deportiva, social, política y académica que durante casi medio milenio ha tenido la mayor institución educativa en México, nuestra Universidad Nacional.
Por tres meses nos tuvimos que cambiar de lugar de trabajo, pues aunque laborabamos en CU, la exposición se llevó a cabo en el Palacio de Minería, justo en el centro de la Ciudad de México. Uno de los más monumentos coloniales que alberga esta gran metrópoli, y el cual pertenece orgullosamente a la UNAM.
Por lo regular, era una de las personas que llegaba más temprano, a las 8 de la mañana, y me encargaba de revisar las instalaciones y verificar que todo estuviera en su lugar. Después checaba las actividades que tendríamos para hoy y trataba de adelantar un poco el trabajo.
La exposición se abría el público a las 10 de la mañana, de martes a domingo, sin embargo, la cita para todos los compañeros que laborábamos ahí era alrededor de las 9 AM. Empezabamos el día con algunos números musicales o bailables, presentaciones de libros, recitales, conjuntos de jazz, entre otras actividades.
Pasadas las diez de la mañana un compañero que regresaba de desayunar en el café de Sanborns regresó al trabajo pálido. Como una hoja en blanco. Precisamente en ese momento, había visto cómo la torre sur del Wold Trade Center, una de las torres gemelas del principal eje financiero mundial, símbolo del capitalismo y (como le llaman los entrados en la materia de economía política -neoliberalismo-) se había colapsado... media hora después la torre norte de ese complejo también se vendría abajo.
La noticia corrió por todo el lugar. Las pantallas puestas en el patio del palacio mostraron en unos instantes las imágenes del suceso para que la gente pudiera observarlo. Por un momento, todos estuvimos atentos a las noticias ... pero el show tenía que continuar. A mi compañero se le dió el día para que tratara de comunicarse con sus familiares que trabajaban en dicho edificio. Ya nunca supe más del tema, no me atreví a preguntarle nuevamente sobre ellos. Era claro que si habían estado en ese lugar, hubieran tenido pocas posibilidades de sobrevivir.
Estados Unidos no es de mi agrado. Desgraciadamente ví que muchos mexicanos se alegraban de lo que les había pasado, sentían como si lo ocurrido se lo hubieran merecido. Yo no pude alegrarme, y no puedo hasta la fecha, con el dolor ajeno. Por mucho que odie a alguien, no puedo.
La historia oficial nos dice que fueron integrantes de un grupo paramilitar de Afganistán (pobre pueblo, ellos tampoco tienen la culpa) quienes secuestraron aviones y los estrellaron en el WTC, el Pentágono, y el vuelo 93, con dirección a la Casa Blanca, se estrelló en Pennsylvania sin alcanzar su objetivo, que se dice era la Casa Blanca gracias a la acción de los pasajeros.
Hay muchas dudas al respecto, no sólo con respecto al gobierno estadounidense y su actual en materia de seguridad, que se suponía, era inpasable. Pero también hay mucha tela donde cortar si vemos que la guerra en medio oriente se debe principalmente al petróleo. Bush tiene empresas petroleras, y ese puede ser un hilo conductor que nos dirija a encontrar el porqué muestra tanto interés en el tema.
Sea cual fuere el motivo, se destruyeron vidas, de una forma muy cruel. Cada vez que observo las imágenes del impacto en las torres gemelas, de las personas que en su desesperación saltó al vacío para escapar de las llamas encontrando una muerte más rápida, me pregunto qué habrá pasado por su mente, qué sintieron, que escenarios hubo en esos espacios tan lujosos y en donde el poder y el dinero no les sirvieron para salvar sus vidas.
Al mismo tiempo, y tomando en cuenta la película Vuelo 93, -recomendable- trato de pensar en las personas que trataron de tomar el vuelo para salvar sus vidas, y que murieron en el intento... vieron el riesgo y las consecuencias de este acto y aún así lo hicieron...
Así debe ser la vida, intensa, gozarla y tomarla con sus cosas buenas y malas... al fin de todo como decía mi abue Chelo, No hay mal que por bien no venga!!!!

7 comentarios:

Madame mim dijo...

hehehehe cuando cayeron las torres gemelas... yo estaba en la secundaria...

Alex dijo...

De acuerdo con tu abue, aunque no podamos entender el porque de dicho mal... y puede pasar mucho tiempo para ver lo mejor. Ya, que estoy como Cantinflas otra vez.
Saludos!!

Zyanya dijo...

Yo vivia con mis abuelitos y ese día estaba de visita mi mamá... ellas me despertaron como a las 7 y de ahi en adelante lo vimos en vivo. Que impacto. Cuantas vidas se perdieron en tan solo unos momentos :S a mi tampoco me gusta el dolor ajeno.

Di. dijo...

Yo me quedé impresionada...recuerdo que estaba en la explanada de la facultad cuando un compañero que estaba escuchando el radio nos avisó. Luego lo vimos todo en vivo en las diferentes televisiones que pusieron por la escuela. Recuerdo haber sentido mucha incertidumbre...

Gade Herrera dijo...

Es lo lamentable del terrorismo...

Laula Maga dijo...

que buena frase de tu abue...

mmm yo estaba dormida hasta q mi tía le subió tanto al volumen que desperté a prender mi tele...

creo q a todos nos costó trabajo asimilarlo y aún más al concientizar que todo eso se mueve por dinero o por poder...

Laula Maga dijo...

TACMCFF
GXSM