lunes, septiembre 19, 2005

19/09/1985, 7.19 am Primera Parte

Como era costumbre, el camión de la escuela pasó por nosotros a las 7.00 am. Después nos drijimos a las casas de otros compañeros que iban tambien al colegio. Los subimos, como siempre, desfilando desde los más pequeños, como nosotros, hasta los "grandotes" de sexto y quinto grado. Al llegar a una zona poco poblada dentro del barrio de Ampliación San Marcos el viento comenzó a soplar, moviendo las milpas que se dejaban ver entre el vidrio empañado por el rocío de la mañana y la luz tenue del amanecer. Sentimos un primer jalón, a lo cual Don Roberto (el chofer del camión) se dió cuenta de la situación y detuvo el autobús, cerrando la puerta delantera.

Al principio nos pareció divertido el movimiento, sin embargo, en una casa enfrente de nosotros se hallaba un hombre arriba, en la azotea, que con el terremoto lo vimos caer al suelo. No se lastimó, por lo menos no aparento estarlo ya que de inmediato se levantó y corrió a casa. Salió luego con una señora y un niño en brazos. Nos llevaron a la escuela y ahí esperamos hasta que nuestros familiares fueran por nosotros. En el camino vimos postes de luz derribados, una que otra barda caída, algunas cuarteaduras en nuestros salones de clase y por primera vez olí el miedo a una zozobra que los adultos empezaban a transpirar.

No muy lejos de la escuela, el movimiento telúrico hace que Tata, de 73 años, se tambaleara por un pasillo de 20 metros de longitud. Eran las 7.19 de la mañana cuando mi hermana, de escasos 4 años de edad, estaba adormilada en su cuna. Ella cuenta que a la hora de empezar el movimiento creyó que le estaba jugando una broma y movía con cierta fuerza su lecho de dormir. Sin embargo, la entrada intempestiva de Tata a su cuarto, botando con fuerza la puerta del dormitorio que estaba atorada, la asustó, presumiendo que no se trataba de ningún juego. El abuelo tomó a la niña entre sus brazos, y consiguió con trabajo ir al centro de la casa donde se ubica el patio. Afortunadamente no pasó a mayores el susto, por el momento...

1 comentario:

Laula Maga dijo...

Es raro no acordarse de algo que si viviste y que además está tan metido en la memoria del país.
Con tu relato tengo otra visión, (mejor que las cosas escuetas que me cuentan en mi casa), ¿qué más hay que decir al respecto?
Espero el resto de la historia!!
TA