miércoles, diciembre 17, 2008

Te llevo en la Arista de mi alma...

Aprovechando las vacaciones...
Hace tiempo que había dejado esta actividad, pero ya volvimos a las andadas ;)
El deporte de montañismo, como deporte, tiene una tradición joven en nuestro país.
En México la práctica de esta especialidad está regulada por la Federación Mexicana de Deporte de Montaña y Escalada, pero existen otros grupos, igual de serios, que proporcionan cursos con reconocimiento a nivel nacional y en el extranjero.
Les puedo recomendar la Asociación de Montañismo y Exploración de la UNAM, el grupo XP México, la escuela de Montañismo del Politécnico, y la de Guadalajara. Aunque ciertamente cada uno de los estados del país cuenta con escuelas certificadas.
Una cosa fascinante de este deporte es que tienes que viajar y eso me encanta. Además, vas conformando tu grupo, chav@s que tienen mucho en común contigo... a ellos les tienes un gran respeto y una inmensidad de confianza, al grado de poner tu vida en sus manos.. tu cordada (grupo) es otra familia, mucha más homogénea, pero igual de fantástica.
Se tienen registros de que a nuestros antepasados también les gustaba escalar riscos, subir montañas, explorar volcanes y hacer travesías por los bosques, los valles y también por las cuevas como con las que se cuenta en gran parte del sureste mexicano. Prueba de ello son todas las ruinas y pinturas que ellos dejaron a su paso por estos lugares.
Una cosa curiosa. Cuando ellos construían sus poblaciones en las zonas más altas de una región era más que todo, una estrategia militar y política. Estos lugares proporcionaban un panorama escencial para vislumbrar alguna amenaza a la comunidad y también un coto de poder a favor de los que vivían en estos sitios altos, con referencia, claro, a los que vivían en lugares más bajos.
Si recuerdan, Teotihuacán está construida de esa manera, al igual que Montealbán, Mitla, Palenque, Bonampak, Tlatelolco (cuando había ruinas), entre otras.
Otra situación a doc, y que merecía una exploración previa, era que en estas épocas precolombinas, los productos del mar como mariscos, pescados, etc., los traían propiamente de zonas del pacífico mexicano o del Golfo de México. Lo maravilloso de todo, es que llegaban frescas para el deleite del rey.
También recuerdo que mi profesora de Historia en la Facultad nos decía que cuando habían guerras entre los pobladores de esas regiones, se aventaban panales de avispas (a modo de balas de cañón) y daban gritos desaforados para tratar de atemorizar al enemigo (aunque para mí ya con las avispas bastaba :)
Eso es una de las cosas más fascinantes, combinar la práctica del montañismo y la historia... en pocas palabras vas aprehendiendo...
Por mientras, ando disfrutando de las vacaciones comprando nuevo equipo, porque el que tenía... pues quién sabe dónde voló ;) Tschüss

No hay comentarios.: