lunes, mayo 28, 2007

Unos XV años muy movidos

Hace apenas unos años que una prima cumplió sus XV primaveras. Obviamente le hicieron su fiesta a la cual fuimos invitados y tuvimos el honor de asistir. Como mis abuelos, (q.e.p.d.) eran originarios de esas tierras bravas del pacífico mexicano, Oaxaca y Chiapas, pues tenemos familia en esas poblaciones.

Es un verdadero placer ir cada en ocasión que podemos y disfrutar de todo lo que hay que platicar, convivir, ayudar, recordar, chismear... siempre se la pasa uno muy bien. Mi tia abuela es una viejecita encantadora, muy ruda y firme, a garrote traído y a garrote pega, como era antes, que se les enseñaba a la antigüita.

El repeto por las personas mayores es muy profundo allá. Todavìa hay quien le besa la mano a los padres en signo de respeto. Sin embargo también hay síntomas, como en todas las ciudades, que reflejan una parte cruda de descomposición e inadaptación social. Tomado esto de una manera sociológica, sin ser peyorativo.

Para los XV años de mi prima salí de la terminal un viernes y llegué en la madrugada del sábado a Oaxaca. En esa ocasión nadie me pudo acompañar de la familia así que tuve que ir solo. Me alojé en un hotel del centro y fui a desayunar al mercado, que por cierto, es riquísimo comer ahí. La cecina, acompañado de un pancito de yema de huevo con su chocolatito de leche y sopeadito, son una delicia.

La misa era a las 4 de la tarde. Llegué temprano a la iglesia, de hecho como 1 hora antes porque no sabía donde era, pero que me sirvió para conocer algunas personas interesantes del pueblo, sobre todo los viejitos que tienen tantas cosas por decir y muy pocos oídos que los quieran escuchar. Maravillas son las cosas que cuentan, de su pasado, su familia, su vida tan sana que era... muy diferente a nuestros tiempos y a su realidad...

Llegó la hora de la misa, me encargué de tomar fotos, video y estar atento a si se necesitaba algo màs en lo que pudiésemos ayudar. De regreso me vine en una camioneta con la familia y llegamos a la casa de la Tía Abuela donde se llevaría a cabo la fiesta. Empezaron a servir la comida, que siempre se distingue por lo bien sazonado que están todos los platillos.

Después vino la hora del baile, y ya saben, música guapachosa para alimentar el alma y pues salimos a danzar una que otra pieza. Cuando la música disco empezó a tocar, no sé de dónde salió tanto chamaco y ya nada màs se veían saltando de aquí para allá... me imagino que así nos debimos haber visto cuando bailábamos slam o funk... divertido al fin y al cabo...

Un poco después empezaron los vals y el famoso baile de los padrinos. Y algo que me conmovió, es que fui la primera persona que bailó con la quinceañera, sin ser padrino, pero como dijeron ellos, por el cariño y las atenciones que siempre hemos tenido hacia ellos a pesar de la distancia y casi una nula convivencia. Sentí mucho honor y mucho compromiso hacia ellos.

Terminamos el vals y de nuevo a mover el bote a ritmo de reggeaton. Sin embargo, yo me metí a platicar con mi tía adentro de la casa. Después de algunos recuerdos sobre varias cosas, ella salió a ver que se ofrecia en la cocina. Yo fui a ver a los danzantes y su revoltijo en la pista y me quedè a la orilla de la carretera. La fiesta se hizo de hecho en un espacio grande pero que colinda con una intersección de la carretera.

De pronto se oyó mucho alboroto. Y vi a uno de mis primos, el menor de ellos, que se estaba peleando con otros chavos. En un extremo, el izquierdo, un chavo llevaba en su mano una silla ya preparada para aventarla. Lo único que pude hacer fue dirigirme a él, gritándole para distraerlo y evitar así que la aventara. Y lo logré, sólo que me falló el cálculo y me la arrojó, sin pegarme. Y fue ahí donde empezó lo divertido.

Yo no sabía contra quién rme y lo único claro fue que al que se le acercara al primo contra ese me iba. Bueno, fueron como5 minutos, muy intensos de porrazos, sillazos y has navajas salieron. Con decirles que al poco ratito ya teníamos a elementos de la PFP afuera de la casa. Obviamente la fiesta se terminó.

Lo que me causa gracia de todo ello es que una de las primeras cosas que preguntaron mis familiares al inicio de la trifulca es en dónde me encontraba. Ya hasta que me vieron salir de la polvareda acompañando a mi primo que salio lastimado de una mano, me metieron una regañiza de pueblo. Mi tia abuela se encargó de ello.

Lo cierto es que me divertí mucho en esa ida. Con todo y el borlote. Y me gustó que los amigos de mi primo me dijeran "primo" y que me hacían parte de la banda desde ese dia. Eso sí me trajo otros recuerdos...

7 comentarios:

Addendum Stone dijo...

Esos viajes son geniales.

Que suerte.

Saludos!

Gade Herrera dijo...

Fiesta que no termina en madrazos ni se disfruta...

Me hiciste acordar de mis viajes a Oaxaca, de aquel lugar maravilloso, de Monte-alban y Mitla, del Tule y Arrazola... de los alebrijes.

Saludos mi buen Aldergut... esperamos más de tus hisotrias.

alida dijo...

Una anécdota mas en tu vida y, ahora tienes parientes nuevos
Un abrazo!!!

Coro dijo...

¡Qué buena parranda!...
Esas que terminan a golpes suelen ser muy divertidas.
Y, ¿supieste cuál fue el motivo de la pelea?

Saludos

Srta. Maquiavélica dijo...

has vuelto?????y porq no me has ido a visitar????chistoso¡sino es q estoy depurandoinks de gente q ya dejo sus blog ni en cuenta q volviste tanto despido y lagrimas para q sigas aqui aajajaaja
niño me da gusto leerte¡¡¡¡
odio las fiestas de 15 jajaa
besitos maquiavelicos

iKon dijo...

jajaja, que historia!! nunca he estado en una fiesta asi, ha de ser toda emocionante. Aunque en lo personal no me guta ni el reggeton ni los chamacos quinceañeros que se creen dady yanki jeje

saludos

iKon dijo...

jajaja, que historia!! nunca he estado en una fiesta asi, ha de ser toda emocionante. Aunque en lo personal no me guta ni el reggeton ni los chamacos quinceañeros que se creen dady yanki jeje

saludos