Últimamente me he quedado despierto a revisar los trabajos de los alumnos hasta las tres o cuatro de la mañana. En una de esas ocasiones estaba sentado cuando oí el sonido de como si se hubiera caído una cubeta con trastes o algún cristal. Fui a inspeccionar. No había tirado nada en el suelo del cuarto de servicio, cocina, baño. Encendí la luz del patio y todo estaba en su lugar.
Escuché entonces el sonido de como si abrieran una puerta y luego la cerraran, ese pequeño rechinido que hace uno cuando al cerrar se choca con el tope. Es el viento me dije. Me acerqué al cuarto desocupado de mis abuelitos, (los dos se han ido recientemente), donde su puerta se haya cerrada con candado y no permite siquiera un espacio para que el viento haga este ejercicio.
Sobra decir que el sonido de la puerta lo conocemos porque muchas veces lo oíamos cuando en vida nuestros abuelos nos dejaban quedarnos en la sala de su casa. Y era un sonido de puerta de metal, y en la casa sólo hay dos puertas de este tipo, la que conducía al cuarto de mis abuelos y la del patio de servicio.
Fui por la llave de su cuarto, abrí, prendí la luz y todo estaba en su lugar. Ya casi al irme, noté un pequeño movimiento en la cortina que separaba la sala y el dormitorio. Me acerqué y dejaron de moverse. La revisé no vaya a ser que tenía pegado algún bicho que la moviera, vi además las ventanas que daban a la calle y ninguna estaba abierta. Al salir noté que empezaba a moverse de nuevo. Cerré la puerta y recordé que mi abue decía que cuando pasara eso, dijera “hartas” groserías y luego rezara. Bueno, pues me solté con algunas, no todo mi repertorio puesto que también pensaba que podían ser ellos, y luego recé.
No sé si ustedes creen en las apariciones, fantasmas, premoniciones y cosas de esas, pero a nosotros nos han pasado varias situaciones “extrañas” aún antes de la desaparición de mis abuelos. Por espacio creo que contaré en otro post un par de ellas.
Qué harían ustedes…?